Una de las frases más recordadas de John Kenneth Galbraith
es la que asevera: <<Para manipular
eficazmente a la gente, es necesario hacer creer a todos que nadie les
manipula.>>
Me ha venido a la cabeza al tratar de interpretar de forma mínimamente
lógica las recientes manifestaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo
que al unísono con Standard&Poor´s condenan a nuestro país al holocausto
financiero si no se solicita de inmediato el rescate europeo, estimando que la prima de
riesgo podría llegar a los 750 puntos. Justificación al parecer suficiente para rebajar la
calidad de nuestra deuda a la de “bono
basura,”.
Que estas declaraciones tengan lugar ahora, cuando menos me “escama,”.
Justo cuando la famosa prima se había relajado y parecía entrar en una
tendencia a la baja.
Cuando se encontraba disparada (o “disparatada,”, como se
prefiera), a diario tenían que salir a la palestra toda suerte de voces
tratando de calmar a los mercados. A nivel nacional lo hacían De
Guindos o Montoro, si no Soraya Saénz de Santamaría o el propio Rajoy. En el ámbito comunitario aparecían Merkel, Draghi, Hollande. Mensajes todos ellos siempre refrendados por
el propio FMI en la persona de Cristine Lagarde.
Sorprende que justo en este momento sea esta última quien lance
mensajes apocalípticos, como si ahora se detectase que estamos en
profunda recesión (¿!).
Que la ruptura tendencia alcista de la prima de riesgo es un
hecho lo puede constatar cualquier aficionado a los mercados financieros con mínimos
conocimientos chartistas.
El gráfico atestigua que la fase alcista
iniciada en Marzo (2012), alcanzó su máximo en la tercera semana de julio, rompiendo
la directriz a comienzos de Septiembre.
Si por fin el mercado respondió positivamente a las medidas
adoptadas (o aún cuando nada tenga que ver pero el resultado sea el propicio),
¿por qué se lanzan mensajes fatalistas desde el FMI en concierto con la
mayor agencia de calificación estadounidense? ¿Será que interesa económicamente
nuestra intervención a una “mano negra,”
que domina el mercado?
Muchos economistas, Krugman entre ellos, han identificado al FMI como el ejército norteamericano contemporáneo. Su poder se basa y se traduce en el dólar.
Traspasa fronteras. Conquista. Pone y quita gobiernos. Expolia a las naciones imponiendo
condiciones usurarias a cambio de un puñado de billetes prestados, los cuales
todo sea dicho, fabrica una máquina sin reparo cuando surge la necesidad (u oportunidad de negiocio). Cambia
papel por materias primas.
Lo cierto es que a alguien no le gusta que el Gobierno de
España demore un escenario que el mercado ya ha descontado. Le parece
oportunista. Y con este término no me refiero a que Rajoy quiera “aprovecharse,”
en las elecciones vascas y gallegas.Es oportunista teniendo en
cuenta el dinero que ya se ha puesto sobre el tapete, apostando precisamente al
suceso que se retrasa.
Otra opción supone dar credibilidad al poder de los “Illuminati,” y al “Nuevo Orden Mundial,”, teoría conspirativa que afirma la existencia de
un plan diseñado con el fin de imponer un gobierno único - colectivista,
burocrático
y controlado por sectores elitistas y plutocráticos - a nivel mundial.
Cabe una tercera posibilidad, y es que el FMI “fuerce,” la
intervención con el fin de liberar a España de una clase política corrupta que únicamente procura su supervivencia a costa del pueblo.
Si bien a estas alturas ya no creo en las buenas
intenciones, por lo que este humilde abogado, opta
por una de las dos primeras. Quizá por las dos, ya que no son
incompatibles, sino todo lo contrario.
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