El cambio social sólo es posible con el cambio de las leyes

Rafael Linares Membrilla, abogado en Tenerife, tiene la humilde aspiración a través de este blog de crear un espacio sugestivo donde el fomento y la dignificación de la emprendeduría y del trabajo autónomo tengan un papel relevante. Al igual que la mejora de la Justicia y de todos los factores que se traducen en competitividad. No olvides dejar tus comentarios.

lunes, 23 de enero de 2012

Madrid, quién te ha visto y quién te vé.

La semana pasada volvía a Madrid. Hace ya nueve años que viví en la capital de España. Cómo pasa el tiempo. Es cierto que después he vuelto en contadas ocasiones, pero han sido visitas más que fugaces. Esta vez me quedé unos días tras celebrar un juicio. Los suficientes para darme cuenta que muchas cosas han cambiado alli, y no precisamente para bien.

Nada más llegar impresiona el volumen de coches abandonados en el aparcamiento del aeropuerto. Propiedad según dicen, de inmigrantes que han retornado a sus países como consecuencia de la grave crisis que atravesamos. Presumiblemente en la guantera de muchos se encuentran las llaves de sus viviendas, igualmente abandonadas toda vez que no han podido hacer frente a las hipotecas.

Llaves que los bancos se resignan a no encontrar, viéndose obligados a publicar mediante edictos y boletines cualquier actuación que tenga lugar en los consecuentes procedimientos de ejecución.

Con anterioridad a todo aquél que ha querido entregar el inmueble en dación en pago, una vez constatada la voluntad real de poner "pies en polvorosa,", se la ha cogido el banco.

Lamento su situación, pero no es menos cierto que los españoles no están teniendo oportunidad tan fácil para desentenderse de sus problemas. Serán perseguidos "sine die," por las entidades bancarias, a modo de pseudo-esclavos. Nunca conseguirán satisfacer por completo su deuda. O mejor dicho, la deuda que los bancos dicen tener a su favor.

No acaban ahí las odiosas comparativas. En Latinoamérica se ha notado un incremento de emigrantes españoles, que no son tales. Se trata fundamentalmente de ‘nacionalizados’ (latinos que residían en España con doble nacionalidad) que han regresado a su país de origen “por falta de trabajo en España,”.

En el caso de Ecuador, cuyos nacionales han sido de los colectivos más numerosos en España en tiempos de bonanza económica, y a quienes se les exigen dos años de residencia legal y continuada para obtener la nacionalidad, la cifra de españoles ha pasado de 2.884 en diciembre de 2008 a 7.236 en el mismo mes de 2011: un 150 por ciento más en plena crisis económica.

También Perú, Bolivia y Brasil están experimentando un fenómeno similar. En el primero, donde vivían 6.903 españoles en el año 2008, la comunidad está ya formada por más de 10.600, un 54% más.

Mientras, los bolivianos han visto aumentar la comunidad de españoles desde 2.647 a 3.876 ciudadanos y, en Brasil, se han registrado casi 20.000 más: suman 87.128 tras un incremento del 25,5 por ciento en cuatro años.

Y es que ser español, sin duda es y será una ventaja a la cual sacar partido. Ello aún cuando algunos no arrimen el hombro de igual a igual con los "naturales,", cuando el país lo necesita. "Huyamos ahora,", medita la población inmigrante, "y hagámoslo hasta donde podamos llegar con el coche cerca del avión, para no tener que andar mucho,".

Si algún día vuelven los susodichos, como son españoles, habrá que pagarles incluso la ayuda de emigrante retornado. ¿Se creen que no? Como abogado laboralista doy fe que no han dejado perder ninguna ayuda ni desaprovechado ningún beneficio antes de irse.

Mientras tanto los madrileños que aún quedan, nuestra gente y la que a ella sí se asimila, se tapan con todas las mantas imaginables para pasar la ola de frío de la mejor manera posible. Eso o pagar 200 o 300 euros de gas natural, factura que viene a incrementar el coste de los suministros.

Ahora bien, cuando se asomen a la ventana podrán deleitarse con la vista del más novedoso polideportivo o parque, aquél que construyó el ayuntamiento de turno sin contar con los recursos necesarios.

Me llevaron a ver creo que se llama "Parque Europa" en Torrejón de Ardoz. Un enorme espacio con réplicas de los principales monumentos europeos. "Una pasada,". Tan grande como la bancarrota de la que adolece dicho consistorio.

Pretendidas grandezas de otra época demasiado próxima en el tiempo aún. Como el soterramiento de la M-30. Qué disparate (¿!). Ciertamente algunos políticos, da igual el signo político, aspiraban a ser recordados por sus obras, cual emperador romano.

De vuelta bajaba en coche camino al hotel por Avenida América. Al ver a la derecha el edificio de la UGT me vino a la mente el escándalo de Fundescan. Y es que nadie renunció en tiempos de opulencia a su propia avaricia (tampoco la Iglesia, y si no vean ahora la situación del Banco Popular).

En ese momento por la radio comentaban unas declaraciones de De Guindos al calor de la pretendida reforma laboral, mostrándose a favor de recortar la indemnización por despido a 10 días. Sería un expolio más que los sindicatos contemplarían desde su comprado inmovilismo. Sólo unas voces aisladas del colectivo de abogados laborales se escuchan en contra.

Tanta carretera, y sin embargo algo falta... ¿Donde están los coches? Lo cierto es que no hay tráfico. No es éste el recuerdo que yo tengo, cuando había que dar un volantazo para insertarte en largas colas, si se te habían "pegado las sabanas,".

Me explicaba quien sabe de esto, que son varios los factores. Por una parte la crisis económica. De otra, el incremento del precio del combustible: ya no es tan barato vivir en una ciudad dormitorio.

Pero hay un tercer motivo, y son los "sablazos," que allí se infieren por exceso de velocidad. Hay radares en todas partes. Fijos, móviles y provisionales de "hasta tres patas," he tenido ocasión de ver.

Evidentemente para una economía "justita,", un "palo," de 300 o 600 euros, quien sabe, puede suponer tremendo cataclismo. 

No se quejen. Hay que pagar la factura de las obras apoteósicas. Aunque pocas ganas, dinero o tiempo les quede para disfrutarlas. Total, no se hicieron con esa finalidad. Sino con la de engrandecer la figura del político y/o llenar su bolsillo. Y no hay mejor esclavo que el que se cree libre.

Ahora entiendo más que nunca por qué Madrid fue excelente caldo de cultivo del movimiento 15-M. La gente tiene que estar más que "quemada,", hablando en vulgar castellano.

Lástima que aquello resultara tan frugal, y que hayamos perdido al tiempo una oportunidad histórica de habernos abstenido en las pasadas elecciones. Sin lugar a dudas, la política es el opio del pueblo.

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